Tras su paso por Rosario, el Licenciado en Enología nos contó sobre su trabajo con nuevas variedades y adelantó los próximos lanzamientos de la bodega del Valle de Uco.
Enólogos, comerciales e ingenieros agrónomos ya han comenzado a girar por las principales ciudades del país, y, por supuesto, Rosario forma parte del mapa vitivinícola a la hora de presentar nuevos proyectos y vinos en un mercado cada vez más exigente y con un público que busca la novedad.
En este contexto, Diego Barrera, enólogo de Bodega Claroscuro, recorrió vinotecas, bares especializados y la Asociación Rosarina de Sommeliers, para dialogar con profesionales del mundo del vino.
En una entrevista exclusiva para Lugaresysabores.com, hizo referencia a su trabajo los últimos años en la bodega ubicada en Vista Flores (Tunuyán), destacando, por sobre todas las cosas, la innovación y el arte más allá de las etiquetas.
Todo comienza con Gustavo y Paula Cucchiara cuando unieron en su proyecto vitivinícola Claroscuro, la pintura y el vino, el arte en las etiquetas y en toda la locación que ofrece una imponente panorámica a la Cordillera de Los Andes. La bodega comenzó a gestarse en el 2010, cuando la pareja encontró en el Valle de Uco un terruño que sirvió como base ideal para llevar adelante su sueño. Con el tiempo adquirieron fincas en Agua Amarga (Tunuyán, Valle de Uco) y en Gualtallary y Paraje Altamira.
Allí entra en juego el trabajo de Diego Barrera y el ingeniero agrónomo Alberto Benenati.
"Yo estoy desde las primeras producciones, en ese entonces hice un par de vinos con uvas de la primer finca, pero era muy poquito. Con el tiempo, y sobre todo después de la pandemia, cambió muchísimo, por lo menos a nuestra bodega la hizo crecer un montón. Teníamos solo vinos tranquilos, un blanco, un Malbec, un Cabernet Franc, un Pinot Noir y un Gran Malbec. Lo que nos pasó también es que se exportaba un 80% y un 20% quedaba en mercado interno. Con la pandemia se puso 50% y 50%. Y lo que me pasó a mi es que yo hacía muchas degustaciones virtuales y noté que los jóvenes se acercaban al vino" comienza contando Barrera.
El enólogo agrega, "incorporamos cosas que el público del mercado interno nos empezó a pedir más. Crecimos como bodega y por eso tenemos un abanico más grande. Hoy en día tenemos un 60% exportando y un 40% en mercado interno, que por ahí llega a ser 50 y 50".
Diego hace un repaso de lo que había en la bodega hasta llegar al presente y expresa: "Nosotros salimos de lo tradicional, porque cuando se hizo la bodega los dueños fueron a lo tradicional que ofrece el Valle de Uco, Malbec, Cabernet Franc, Petit Verdot, Pinot Noir. Cuando ya me vine de completo al proyecto, teníamos Chardonnay solo en los blancos, y hoy hay Chardonnay, Semillón y Sauvignon Blanc, que ahora tenemos un corte de eso. Tenemos algo nuevo que es un rosado de Petit Verdot, para no estar en los típicos rosados de Malbec. Ahora tenemos algo nuevo que es Pinot Gris, y tenemos, de estas variedades no muy tradicionales, una variedad italiana que se llama Nero d'Avola".
A modo de adelanto Diego relata como fue que incorporaron el varietal italiano. "Es una variedad típica de Sicilia que en verdad la hemos traído porque Gustavo, el dueño de la bodega, es descendiente siciliano, y la madre, cuando conoció la finca, le preguntó, "¿dónde está la Nero d'Avola?". Gustavo le dijo que acá no había, no hay Nero d'Avola. Y ella le dijo, "bueno, entonces no es una finca de uvas, tiene que tener Nero d'Avola". Así fue que trajimos dos, yo puse dos hileras. Empecé a hacer Nero d'Avola, porque es muy difícil. No lo conocía, le cuesta madurar, no es de la zona. Hoy en día contamos con cuatro hectáreas de Nero d'Avola donde vamos a sacar un varietal de Nero d'Avola, un corte, que ya la vengo pensando con Syrah, Pinot, y esta vendimia hice una base. También estoy ensayando hacer un espumoso de Nero d'Avola método tradicional".
Barrera nos cuenta más sobre este varietal que, junto a un espumoso de Malbec, será uno de los lanzamientos más esperados. Sobre el espumoso el enólogo adelantó que "el espumante de Malbec será de un color rosado leve a un salmón, no lo tenemos ni blanco ni tinto".
Sobre la variedad siciliana explica que "El Nero d'Avola es el Cabernet Franc de Italia. Acá en Vista Flores se da muy eléctrico, muy ácido. Tiene un PH muy bajo, pero tiene algo increíble, que cuando vos lo llevas a la boca entra fácil, pero tiene una estructura. Es increíble porque es muy suave, muy livianito, pero al final explota, tiene mucha fuerza. Lo bueno es que podemos jugar, capaz que como varietal puro no es algo muy atractivo. Pero unos colegas y una gente de Italia me mandaron un típico blend de Sicilia, que es Syrah y Nero d'Avola. Nosotros tenemos, en una finca de El Cepillo, Syrah. Así que la primera vendimia tendremos ese blend, pero también estoy encontrando algo. Nero d'Avola con barrica, porque creo que esa estructura de boca se la va ir, va soportar la barrica. Hay que probar".
En Claroscuro le dan herramientas, o mejor dicho, pinceles y óleos a Diego, para que cada vino sea arte, siguiendo con ese concepto que la bodega pregona desde sus inicios.
"Es todo muy experimental y hay mucho de arte, no es solo una bodega de arte. Más allá de las etiquetas, hay arte a la hora de poder elaborar los vinos. Uno traslada, justamente, todo ese arte a lo que hay dentro de la botella. Experimentamos cosas, pero no en el sentido de pensar en vender, como el varietal que quería la madre del dueño, porque es una variedad con la que ella se crió, y por ella lo estamos haciendo" explaya Barrera.
¡Pero hay más! A pedido de Gustavo, el dueño de le bodega, implantaron Pinot Gris, y es este varietal otro de los próximos lanzamientos. Diego comenta que "actualmente tengo una buena producción de Pinot Gris y lo estoy cortando con Semillón. Ese es el arte, que nos dejan jugar".
La expresión del varietal por si solo no siempre ocurre al momento de llevarlo a la botella y luego al consumidor. Allí entran en juego "las tendencias del mercado", la búsqueda, hoy, pasa por vinos más frescos, fáciles de tomar, pero que muchas veces, y en esa búsqueda, se pierden algunas características propias de la variedad de uva.
Consultado por esto, Diego respondió: "Yo creo que eso es según la bodega. Nosotros que somos chicos buscamos siempre respetar lo que es el varietal, es más, en nuestra línea de vinos tenemos un rosado de Petit Verdot que lo sacamos como salió. No es muy frutado y es lo que nos dio la uva. Lo buscamos más por la parte gastronómica, anda muy bien con las comidas, lo mismo con un blend de Malbec, Cabernet Franc y Petit Verdot. Las tres variedades en el mismo porcentaje, para que se expresen las tres". El enólogo agrega "pienso que hay bodegas grandes que van a eso para satisfacer al consumidor. Te voy a decir algo que pasa en las reuniones con enólogos. Yo digo, pero sin desmerecer a nadie, casi todo eso de que se busca respetar la finca, que respetamos lugar, y yo les digo que no lo respetamos, porque nadie saca puro lo que sale del lugar. No te voy a negar que hay veces que a algún varietal le falta un poquito de fuerza entonces va un toquecito de otro para complementar, pero siempre respetando lo que la fruta nos da como vino".
Para cerrar hablamos acerca del crecimiento en el consumo de vinos blancos y rosados. Barrera comenta al respecto: "Hoy hay mucha experimentación, sobre todo con los blancos y con los rosados. También estamos ofreciendo grandes blancos. No ofrecíamos, nosotros teníamos un Chardonnay, cambiamos y ahora tenemos un blend de blancas. Tenemos un rosado diferente, también porque le estamos dando al público cosas diferentes, porque la gente aprendió a tomar. Siempre se decía que las mujeres tomaban más vinos blancos o rosados, y los hombres ahora están tomando más blancos, de hecho yo estoy tomando mucho blancos y rosados. Hay muy buenas uva, y lo bueno que me está gustando y estoy contento, que hay uvas que están volviendo, como el Semillón. En mi zona, en Altamira, donde vivo, en La Consulta, hay unos Semillones que se están vinificando de muy buena manera y salen espectaculares".
Las zonas juegan un papel fundamental, el concepto de "terroir", la combinación de cuatro factores clave en la elaboración de vinos de calidad: suelo, clima, variedad de uva y el hombre, hacen que cada vino se exprese de diferentes maneras. Diego es consciente de ello y sigue jugando, o mejor dicho, sigue pintando obras a través del vino. "Nosotros empezamos con Vista Flores, pero también tenemos Altamira, Gualtallary y ahora tenemos El Cepillo. Entonces yo estoy jugando un poco con las zonas para hacer un blend de diferentes lugares. Otros de los lanzamientos es un corte de Malbec de las tres fincas".
"La gente está muy informada, sabe lo que quiere, te piden un Malbec de tal zona. Me preguntan por Altamira, Gualtallary o Los Chacayes, El Cepillo. Entonces, la gente va un poquito más allá, te hablan de zona, altura, te hablan de suelo, y saben que pasa cuando un vino pasa por barrica. Creo que está buenísimo que eso esté ocurriendo, nos hace crecer a nosotros como bodega, y a toda la industria. Me gusta cada vez más lo que pasa en ciudades como Buenos Aires, Rosario, Córdoba, y hasta te digo esto, creo que toman más vino que el propio mendocino", cerró el enólogo.
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