A partir de su experiencia en Argentina, Estados Unidos y Uruguay, asegura que la clave en asesoría de bodegas está en aplicar lo que se denomina «ingeniería inversa».
En el sector vitivinícola, la figura del asesor de bodega ha cobrado relevancia en los últimos años. Ya sea para la toma de decisiones durante el proceso de elaboración y en la cadena de producción o bien para organizar y analizar perspectivas en materia de negocios, la mirada de un experto externo es cada vez más valorada y requerida. En ese contexto, resulta fundamental la búsqueda de especialistas que garanticen un conocimiento cabal de todo el negocio y que cuenten con una trayectoria que los avale.
Al analizar esta necesidad del mercado, el enólogo mendocino Leandro Azin -con vasta experiencia en el asesoramiento integral de bodegas en el país y en el exterior-, plantea como imprescindible la búsqueda de una figura que conozca en detalle cada eslabón de la cadena de valor.
“Hoy en día, en las bodegas es muy importante pensar en el proyecto, en la elaboración de los vinos, pero fundamental en una perspectiva general, que abarque toda la cadena de valor. Es fundamental tener una figura que sepa de costos y que pueda definir las posibilidades de que ese producto genere ganancias. Conocer los costos y lograr productividad es la clave para ganar dinero en la venta de vinos desde la parte productiva” declaró Leandro Azin, enólogo y asesor de bodegas.
Azin cuenta con una importante trayectoria como enólogo de reconocidas bodegas argentinas y del extranjero. En nuestro país, se desempeñó en firmas de la talla de Clos de los Siete y Casarena. También formó parte de distintos equipos en emprendimientos de Sonoma Valley (California), donde exploró diferentes estilos y técnicas de vinificación, y también en establecimientos de Uruguay.
Fue primer enólogo en importantes bodegas y, tanto aquí como en Estados Unidos, es asesor en establecimientos bodegueros con años de trayectoria y también en pequeños emprendimientos. Además lidera A Corazón Abierto Wines, la iniciativa personal que ideó para crear vinos elegantes y que llevan su sello inconfundible.
Ese expertise le permite encarar el asesoramiento desde el inicio del proyecto -diseño, viñedo y bodega- hasta el final, abarcando las áreas comercial, de costos y canales de distribución, acompañando a sus clientes en la búsqueda del estilo y de identidad de marca que necesitan.
Azin expresó “Es fundamental que el asesor pueda y sepa evaluar y delinear acciones en cada etapa para lograr la mayor competitividad en todas las áreas de la cadena. Se trata de acompañar y capacitar al cliente en todo el proceso, en el desarrollo del plan de manera integral. Y eso es mucho más que probar un vino y retirarse. El mercado hoy está en un momento muy competitivo ya que existe una cantidad increíble de etiquetas y marcas. Lanzarse a ese mundo sin conocerlo puede derivar en grandes pérdidas. Es por eso que, ya no se trata de crear un producto para ver cómo funciona en el mercado sino de conocer al mercado y sus nichos para elegir cuál atacar y en qué gama, para poder avanzar sin equivocarse con la mayor competitividad posible”.
Las claves del éxito
“La clave está en que los asesores sepamos aplicar lo que se denomina ingeniería inversa, partiendo desde lo comercial hasta la producción e incluyendo el trabajo en el viñedo. Es fundamental pensar el proyecto con el foco puesto en vender y que los costos se ajusten a las gama de producto apuntada. Sólo así el proyecto será rentable y para que lo sea, es imprescindible que exista una retroalimentación permanente de todas las áreas. El objetivo es vender por supuesto, pero el desafío es además lograr la mejor relación precio calidad en cada gama" aseguró el enólogo.
A criterio de Leandro Azin, un buen asesor debe poder acompañar y capacitar a los clientes, ofrecer un desarrollo completo de los proyectos con panoramas a futuro, brindar análisis de costos y realizar un seguimiento del desarrollo y elaboración de los productos. Esto implica también el asesoramiento en calidad y el seguimiento de producción en bodega y finca, además del reordenamiento productivo y de gestión.
Para cumplir tales requisitos, Leandro conformó un equipo, que lo ayuda tanto en las asesorías como en algunos de sus proyectos personales. Este team está formado por un ingeniero agrónomo y dos enólogos que trabajan en conjunto con quienes integran cada uno de los sectores de la bodega. Así, abordan cada caso como único, realizando un seguimiento del proceso de producción y de los costos, involucrando y asesorando al cliente respecto de las posibles decisiones a tomar.
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POR: STELLA DOTTAVIO PRESS & PR.
EDITADO POR: LUGARESYSABORES.COM
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