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Bodega de Familia Jorge Rubio: Defensores de un terroir en constante evolución

18 de octubre de 2023

A veinte años de crear su propia bodega, el enólogo nos cuenta sobre los cambios en la imagen de la misma, con nuevas etiquetas y vinos que se adaptan a las tendencias de consumo sin perder toda la expresión que ofrece el Oasis Sur mendocino.

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Es inevitable no hablar de Jorge Rubio sin mencionar desde un primer momento la originalidad de sus etiquetas. Por ejemplo Finca Gabriel se presenta con una etiqueta que es un cartón con un lacito que cuelga del cuello de la botella, y por supuesto, el "hit" que fue furor en nuestro país y en el exterior, las etiquetas de cuero de la línea Privado.

El enólogo mendocino sabe como diferenciarse y a esos vinos que ya son un clásico para los consumidores, hoy le agrega nuevas líneas, nombres que el propio Jorge jamás imaginaba ponerle a sus vinos, pero aquí se nota la irrupción de una nueva generación de los Rubio. Nada menos que sus hijos, y por eso, la bodega hace su cambio más significativo, y es que, después de 20 años, Bodega Jorge Rubio pasa a llamarse Bodega de Familia Jorge Rubio.

"Cuando comencé era "Jorge Rubio Vinos de Autor", y algunos consideran que hasta 300 mil litros es la capacidad con la que se puede llegar a llamar vinos de autor. Nosotros hace 20 años que comenzamos con este proyecto familiar y bueno, ha ido creciendo. Ya ha dejado de ser un vino de autor o una pequeña bodega. Entonces, la idea en estos 20 años fue la de rediseñar el logo y pasar a llamarse "Bodega de Familia Jorge Rubio". El logo nuevo es una "R" donde, en una parte simula que puede ser la veta del roble y sino también una especie de huella digital" explica el propio Jorge.

"Hacer este relanzamiento significa adaptarnos un poco más a lo que realmente somos".

Toda la familia Rubio forma parte de la bodega que se ubica en General Alvear, al sur de Mendoza, misma región donde nació, se crió y vive el enólogo de 64 años que no para de hacer evolucionar su empresa.

Jorge cuenta para Lugaresysabores.com: "Somos una bodega familiar. Cuando comenzamos mis hijos eran chicos. Germán tenía 16 años y hoy siguen involucrándose. Silvina mi hija mayor se fue a estudiar, una vez que terminó su carrera de Escribanía, volvió y sigue trabajando, mediodía en la bodega y mediodía en su profesión. Ya con ellos involucrados dentro de la bodega van apareciendo personalidades distintas, gustos y un poco también la sangre joven que va dándole continuidad a una empresa. Uno a veces no ve los cambios y es importante hacerlos y hacerlos en el memento correcto".

La línea "A Contramano" fue de los últimos lanzamientos que ha hecho la bodega, y sobre ella expresa que "esta línea no es sólo idea de Germán sino también de Matías Padín, nuestro Gerente de Marketing. Aquí vamos observando las nuevas tendencias y salimos con un nombre que me parece que es muy llamativo porque es hacer todo lo contrario de lo que veníamos haciendo nosotros. Uno ve los nombres de las marcas nuevas y no tienen nada que ver ni con santos ni con fincas, ni con nombre de los chateaux o cosas por el estilo. Son nombres totalmente distintos que si me hubieras dicho a mí hace diez año atrás, ¿vos le pondría A Contramano a un vino? ¡No, no se lo pondría ni loco!. Y sin embargo hoy es un nombre que a la gente le agrada, que pega y uno tiene que ir hacia donde va la tendencia. Por supuesto que a lo mejor tenés que mantener los vinos clásicos, pero tenés que observar todas estas tendencias porque sino te terminas tomando el vino solo, y muchas veces los jóvenes son los que la ven más rápido porque es el idioma que ellos hablan y de la forma que ellos se comunican".

Estos vinos son varietales jóvenes, de perfil enológico muy expresivo, frutados, frescos y sin crianza en barrica. La línea está conformada por 5 etiquetas cuidadosamente seleccionadas, con las cuales el enólogo invita al consumidor a descubrir el paisaje del Oasis Sur mendocino. "Tenemos etiquetas de cartón o etiquetas de cuero, y todos los vinos son siempre con un paso por madera, ya sea de seis meses, un año, un año y medio, pero siempre con madera. A Contramano son vinos que no poseen madera. Que expresan lo que este Oasis puede dar en cuanto aroma, color y sabor".

Jorge añade y explica "salimos con un Naranjo, un Pedro Jiménez, que no tiene nada que ver con el Pedro Ximénez español. Es una uva criolla y autóctona de nuestro país, y después sumamos un Tannat, que es una variedad emblemática de Uruguay, muy conocida en el norte de nuestro país, pero que hemos querido también mostrar las cualidades que tiene en el Oasis Sur mendocino. Y después sumamos, el año pasado, una Criolla, que es una de las uvas característica de nuestro país"

El enólogo agrega "Siempre se destacan el Naranjo, el Pedro Jiménez, la Criolla y también el Tannat, y por supuesto el Malbec como algo muy frutado, que es muy propio de nuestro Oasis". 

Rescatar uvas como la Criolla y vinificarlas cómo si fuese un Malbec marca el ritmo de un consumidor que busca frescura en nariz y en boca. Jorge cuenta que "es una tendencia a nivel mundial y también está ocurriendo en nuestro país. Yo hace 47 años que estoy en esta industria, y cuando hacíamos los Pedro Jiménez, la Moscatel, la Criolla chica, la Criolla grande, la uva Cereza, pasaban a los escurridores y de ahí terminaban yendo a la damajuana o al tetra. Ahora hemos querido elaborarla como uva fina, dándole todo el cuidado, en el caso de la uva blanca, trabajando con levaduras seleccionadas. Lo mismo hacemos con la Criolla. Una parte la hacemos con uva seleccionada, con la otra jugamos con levaduras indígenas, pero siempre tratándola bien, es decir, los vinos blancos, lo fermentamos entre 13 y 15 grados de temperatura. Los tintos que no superen a veces los 28 grados y sobre todo en lo que es Criolla bajamos mucho más la temperatura, entre 18 y 20 grados para que sean mucho más expresivos y mucho más aromáticos".

Jorge asegura que "de esta manera vas obteniendo aromas distintos porque la gente joven está ávida de conocer cosas distintas. El joven en eso es más revolucionario, siempre va a hacia nuevas tendencias, en la música, en la ropa, en las ideas. Y, por supuesto, también ocurre con el vino y le agrada esos nuevos aromas, esas nuevas presentaciones".

La entrevista con Jorge vira hacia el nuevo tipo de consumidor que tiene el vino, a quienes después del 2020 se volcaron hacia la bebida nacional: Los jóvenes Sub-30, ese rango etáreo que hoy llenan catas, bares y ferias de vinos. 

"Los jóvenes no son solo curiosos, sino que son desinhibidos. Entonces no tienen problemas en preguntarte, en sacarse una selfie con uno porque ellos toman el vino o su padre lo toma, es una manera de comunicarse. Que los jóvenes estén en el mundo del vino lo veo muy positivo. En los años 90 nos decían los consultores que los jóvenes no querían tomar vino porque eso lo veían que lo tomaban los padres. Hoy pasa todo lo contrario. Entonces eso es muy positivo porque nos sigue dando un futuro a la industria. Si los jóvenes no se acercan al vino, no toman vino, no existe futuro para la industria. Así que eso para mí es una alegría inmensa, ver que la feria están copadas por jóvenes, muchas mujeres, chicas jóvenes, van con sus amigas a probar vinos y muchos saben bastante, ya sea porque van a catas o hacen algún curso".

El enólogo agrega "lo que nosotros decimos es que no hace falta tener un conocimiento académico del vino, lo importante es que te guste o no te guste. Y en la feria tenés la oportunidad de probar la misma variedad de un vinos de la manera que nosotros lo elaboramos en el Oasis sur de Mendoza y lo comparás con el del Oasis norte. Tenés la oportunidad de probar un Chardonnay del norte, de Salta o del sur del país. Es un abanico inmenso que tiene el vino. Hoy se está haciendo vino en prácticamente todo nuestro país. Se ha vuelto a plantar viñedos en Entre Ríos, está ocurriendo mucho en Córdoba, continúa plantándose en zona de Buenos Aires que antes eran impensadas. Se tiene la oportunidad de probar en la feria todo este tipo de vino. Y si están los enólogos mucho mejor, porque se puede conversar con ellos y a su vez ellos te pueden explicar los terruños y qué es lo que cada uno ha ido buscando con la elaboración de ese vino".

Oasis Sur mendocino es una frase recurrente a la hora hablar de Jorge Rubio. Claramente hacen bandera de una región que empieza a tener un poquitito más de peso, porque justamente existe una curiosidad por las etiquetas y por las zonas de donde provienen los vinos.

El enólogo explica que "en nuestra zona hace muchos años que se plantan viñedos y ha tenido muchísimas bodegas. La viticultura tuvo una época de mucho esplendor cuando se consumía 90 litro per cápita. Las bodegas más grandes, más tradicionales, siempre estuvieron en Mendoza. Con el avance de la población todas esas bodegas fueron quedando en el centro de estas ciudades y se fueron corriendo hacia otras. También fue cambiando el consumo de 90 litro per cápita. Hoy estamos en 22 y hace que así como desaparecieron viñedos, desaparecieron bodegas. En nuestro departamento, como que la bodegas fueron más estrellas fugaces. Llegaron y se fueron rápidamente. Nosotros hace 20 años que estamos, para una empresa no es nada decir 20 años, para la vida de un ser humano es mucho. Un poco la idea es hacer conocer este oasis, que es el Oasis Sur Mendocino que tiene cosas a favor y cosas en contra. Una de las cosas en contra es que a nosotros nos gustaría que existieran muchísimas más bodegas para poner a la zona en conocimiento. Ahora, cuando vamos a una feria somos la única bodega del Oasis Sur y eso es una ventaja porque podés probar vinos de nuestra región, no hay competencia como en el caso del Valle de Uco por ejemplo. Ahí tenés que sobresalir y lo hacés con un producto de mucha calidad. En cambio, nosotros, si querés ir a probar el Oasis Sur, somos la única y tenemos eso como ventaja".

Jorge sabe que la calle es el termómetro y eso le ha permitido posicionarse con nombre y estilo propio. "Confiamos mucho en lo que hacemos, apuntamos más al gusto de la gente. Siempre decimos los enólogos que hay tres tipos de vinos: el que le gusta a la gente, el que le gusta a los jurados y periodistas, y el que le gusta a los enólogos. Entonces, uno tiene que hacer el vino para la gente. A nosotros, por lo general, a los más técnicos no nos molesta que el vino tenga mucho cuerpo o que tenga algo de amargo o algo de acidez. Y bueno, son cosas que no a toda la gente le agrada y más a aquellos que se están iniciando en el mundo del vino".

Lo que viene para el mundo del vino también es tema importante en esta charla con el enólogo. Aquí Jorge sabe que la industria se tendrá que esforzar a la hora de entregar vinos de calidad con una baja graduación alcohólica. 

"Están apareciendo muchos vinos de baja graduación, vinos más fáciles de tomar, vinos dulces. Eso es positivo y esos vinos hoy se hacen con la mayor calidad posible. No son los vinos que tomo, pero uno tiene que respetar al público y darle lo que el público quiere porque uno no vive de lo que a uno le agrada, ni de los jurados, ni de los enólogos, uno se debe a la gente. Ni nosotros ni ninguna bodega va a poder estar ajena a estas tendencias, por eso en algunos casos se utilizarán variedades que tienen poca graduación, y en otro caso, vamos a tener que, o adelantar la cosecha o comenzar a desalcoholizar los vinos, que es algo que ya se permite no solo en nuestro país, sino también en la mayoría de los países productores del mundo" declara Rubio. 

Pero por supuesto, las producciones de Jorge Rubio son bien consideradas por los consumidores dentro del estilo de vinos más clásicos, aquellos gustosos de la madera y la tanicidad, encuentran al propio Rubio como un experto en la materia.

"El vino no es el mismo todos los años porque varía la marcha climática y el vino se va haciendo distinto. Reconozco que tenemos vinos con madera. Y bueno, sí, para la gente tener vino con madera es un clásico, estaríamos dentro de ese estilo de producto. Dentro de esos vinos clásicos donde tratamos también de que tenga mucha fruta, que la madera no tape. En nuestro portfolio tenemos lo que es un gran reserva, un vino que tiene de uno a un año y medio de madera de primer uso y bueno. Ese es un vino, como llaman los italianos, bien de carpintero carpintero, porque tiene mucha madera".

Lo que viene para Jorge Rubio, su familia y colaboradores es, lo mencionado con el relanzamiento de la marca que ahora pasará a llamarse "Bodega de Familia Jorge Rubio". Además, el emblemático Finca Gabriel tendrá un rediseño en su etiqueta. A esto se le suma el lanzamiento de un Pet Nat dentro de la línea A Contramano y el lanzamiento de un Malbec de Ánfora.

Jorge se detiene en estos dos nuevos productos y nos adelanta: "Nos vamos a encontrar con un Pet Nat totalmente distinto dónde tiene menos atmósferas de pesión y al no tener las borras no va a estar turbio, entonces es un vino mucho más frutado, fresco y sin notas amargas. Lo hemos hecho en botella blanca y de la variedad Moscatel con el mismo sistema del Naranjo, de fermentar con los orujos y la segunda fermentación la estamos haciendo con mosto virgen, no agregamos azúcar, entonces eso nos permite bajar la graduación alcohólica. Buscamos vinos de menor graduación, espumantes más suaves".

"Con el vino de ánfora bueno, son ánforas de barro de 250 y 1000 litros que se fermentó con un 20% de racimos enteros y hemos obtenido algo muy lindo lo que nos llevó a embotellarlo y querer colocarlo un poco más alto que el Premiado. Veremos también que es lo que opina el mercado. Lo hemos hecho probar hace más de un mes atrás entre periodistas que nos juntamos en Capital Federal y ha tenido muy buena repercusión entre ellos, así que esperemos que cuando lo lancemos también tenga la misma aceptación".

Para finalizar Jorge nos cuenta que cepas representan al terroir que él y su familia defienden a capa y espada, el Oasis Sur mendocino. 

"El Malbec se adapta muy bien. Y lo que nosotros observamos es que no es añero, nosotros le decimos añero a esas variedades que un año se dan muy bien y otro no tanto. Entonces, el Malbec es mucho más parejo y podés elaborarlo de una misma finca y de distintas maneras, por ejemplo, en pequeñas vasijas, sin la utilización de bombas. Podés hacer sangría, que es sacando un 20% del líquido para que el producto tenga mucho más cuerpo y mucho más color. Podés ir jugando con las temperaturas y todos se van a expresar muy bien y van a ser distintos aunque provengan de un mismo viñedo. Y después se da muy bien el Cabernet Sauvignon, el Cabernet Franc, el Pinot Noir está dando muy buenas satisfacciones obteniendo a veces aromas distintos al resto de las regiones. Lo mismo nos pasó con el Pedro Jiménez y con el Naranjo que es de Moscatel. Creo que tenemos la suerte de tener vinos muy aromáticos y que se adaptan bien".

"Cada planta es distinta y en eso es muy importante el conocimiento del viticultor y del ingeniero agrónomo que te asesora. Creo que en nuestro oasis se dan muy bien la mayoría de las variedades y podemos obtener lo mejor de cada variedad. Pero es la gente la que después tiene que elegir, y es la gente la que nota esas diferencias" cierra un Jorge siempre dispuesto a ir evolucionando, por y para todos aquellos amantes del vino.


JUAN CARLOS PALACIOS

REDACTOR

lugaresysabores.com
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