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Julieta Quindimil: «El manual de aromas y sabores del vino se rompió rotundamente. La gente se va a tener que acostumbrar a dejar de pensar en la variedad»

02 de enero de 2025

Dialogamos con la sommelier y consultora que nos contó acerca de su paso por la última Premium Tasting celebrada en Mendoza y profundizó sobre la ruptura del concepto de la tipicidad varietal.

Que el vino evoluciona y cambia año a año ya no es novedad, pero lo que plantea la sommelier y asesora Julieta Quindimil, si que lo es.

Nuestra entrevistada se considera, antes que nada, una bebedora apasionada. Luego de estudiar gastronomía, se graduó como Sommelier en la Escuela Argentina de Vinos. Es miembro de la Asociación Argentina de Sommeliers (AAS) y miembro fundacional de la Asociación de Mujeres del Vino y Afines de la Argentina (A.MU.V.A). 

Con su vasta trayectoria y tras participar en todas las ediciones de la Premium Tasting, Julieta asegura que la del 2024 "fue la edición más interpelante de todas". Y es que allí, donde se degustaron más de 40 vinos completamente a ciegas, se rompieron los parámetros descriptivos del vino. 

La sommelier cuenta que: "En uno de los vuelos (flights) sirvieron todos Malbec y cuando me consultaron a mí, si bien yo sabía que uno era Malbec, con el resto estaba totalmente confundida de que se trataba, (la mayoría pensó que eran Cabernet Sauvignon). Ahí tuve la gran revelación de la noche, y era algo que yo venía viendo hace mucho tiempo que era la ruptura del concepto de la tipicidad varietal. Todos los vinos que estaban servidos en esas copas eran Malbec, y a muy poca gente de la Premium se le ocurrió pensar que era Malbec. Y ahí un poco me llevó a este manual de aromas y sabores que tienen que tener esas variedades y que fuimos educados en ese concepto, ¡todo eso se cayó, se rompió rotundamente! porque lo que estábamos probando esa noche no se condecía en ningún punto con lo que habíamos aprendido de la variedad, y me parece que ese es un gran cambio en la industria vitivinícola argentina".

Quindimil profundiza y expresa "creo que el gran cambio fue esto del abandono de la tipicidad varietal y empezar a pensar los vinos en cuanto al lugar, a la expresión que le puede dar el lugar a la varidad tratando de intervenirla lo menos posible para que ande libre y se exprese libremente". 

La sommelier también se vio sorprendida por los vinos blancos y nos cuenta: "Algo que me pasó, que me voló la cabeza, fue que probé un Torrontés de Chubut de Bodega Otronia, que no tenía nada que ver con el perfil de un Torrontés. Era un Torrontés con un perfil de Sauvignon Blanc extremadamente elegante. La gente se va a tener que acostumbrar a dejar de pensar en la variedad. Argentina va a seguir siendo varietalista, pero va a tener que empezar a sacarse de encima todo lo aprendido sobre los perfiles que tienen que tener de manera unívoca porque pueden cambiar absolutamente, y eso es maravilloso porque quiere decir que las variedades no tienen techo. Las variedades pueden disfrazarse, cambiar de aire o de estilo".

En la entrevista realizada en el programa Lo Que Viene (Súper 107.5 FM, Rosario) se plantearon las distintas variables que puede tener un vino, como ser el varietal, la zona, y según la propia Julieta, "el trabajo, la creatividad humana y lo que la bodega quiera lograr. Eso puede cambiar de un año a otro".

Julieta, además, plantea que: "Hay que probar los vinos con la cabeza muy abierta, sin comparar. Todos los estudiantes de la carrera de sommelier venimos con un marco teórico al que nos tenemos que ajustar, pero eso nos sirve para arrancar, yo creo que la dinámica nuestra tienen que ser ponerlo bajo juicio, hacernos un montón de preguntas y cambiar lo que haya que cambiar, porque todo cambia todo el tiempo y de un año a otro". 

Retomando los vinos blancos, en la Premium Tasting, Quindimill se encontró con dos variantes fuertemente marcadas y lo explica: "Hay dos caminos en los blancos de Argentina. Los blancos para comer, y comer fuerte, con carne de cerdo, de vaca, ya no ese blanco para acompañar una ensalada. Tienen cuerpo, estructura, tienen crianza, los podés dejar cinco año en la botella, en buenas condiciones, y los vas a tener bien, incluso algunos más ricos que antes, porque hay blancos de guarda. Y por otro lado los blancos frescos, vibrantes, eléctricos que te hacen crujir la mandíbula, delicados al extremo y eso era algo que en Argentina no teníamos". 

Un varietal clásico como el Cabernet Sauvignon que ha cedido parte del mercado ante la rápida aceptación del Cabernet Franc, dio una gran sorpresa en el evento celebrado en Mendoza. Julieta se refirió al respecto: "me encontré con Cabernets Sauvignon con mucha elegancia, más delicados. Para este varietal hay que pensar en que lugares hacer Cabernet Sauvignon. Hoy ya no hay tanta piracina (aroma a pimientos rojos y verdes), hoy hay más fruta por delante de las notas vegetales. El tanino está mucho más delicado". 

A título personal, la experimentada sommelier y consultora asegura que: "No sé hacia dónde vamos, tampoco quiero saber, lo que puedo decir es que todo lo que pensaba y deseaba que pase, hoy está sucediendo y que tiene que ver con las variedades patrimoniales, como la criolla, la cereza. Yo quiero que nuestra industria ofrezca algo diferente pero siempre buscando la elegancia".

Escucha la entrevista completa en el podcast del programa:


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