¿Cerveza helada? ¡No! Enterate cuál es la temperatura perfecta

Si tu paraíso cervecero empieza y termina con una birra helada en mano, te lo vamos a spoilear. Por tu propio bien. Tomar la cerveza demasiado fría es una mala costumbre que hay que erradicar para no privarse de todo su sabor.

“Como mito, existe esa creencia generalizada de que toda cerveza se toma helada. Y no es así”, afirma la Beer Sommelier Sol Cravello.

 

Entonces, ¿cuál es la temperatura ideal para disfrutar por completo de una birra?

No hay una respuesta absoluta, todo depende del estilo y del método de elaboración. Si esta cuestión del termómetro te hace sentir en el horno, relax. Te compartimos tips y algunas reglas que te ayudarán a recordar de una manera sencilla estos valores. 

En lo más profundo de su receta, cada una revela para qué fue creada. “En primer lugar, lo que podemos hacer es distinguirla por su funcionalidad, eso nos dará una pista sobre su temperatura de servido ideal”, sugiere Sol.

“Por un lado, tenemos las de refrescancia y, por otro, las de deleite. Las primeras son cervezas que tienen bajo amargor y grado de alcohol, con alta carbonatación. En general son doradas y sin profundidad aromática. Son livianas y su gran virtud es ser grandes saciadoras de la sed. Como sensorialmente no son muy complejas, se pueden tomar a 2 o 3°C, porque no nos estaremos perdiendo muchos matices que percibir. Tienen el rol de refrescar y calmar la sed”, explica.

Y continúa con la master class: “Por su parte están las cervezas de deleite, que sí juegan mucho más con lo aromático y la multiplicidad de notas, por estar elaboradas con maltas especiales, lúpulos diferentes, diversos aromas. Algunas tienen mayor graduación alcohólica, algo que las complejiza mucho. Tienen varias capas de sabor, pero si se toman a temperaturas muy bajas se pierde su bouquet”.

Entonces no tiene sentido que el frío se lleve puesta su personalidad, también porque son cervezas más caras, que se degustan lentamente, en un ritual. Algunas incluso tienen procesos de producción más elaborados, que implican añejamiento.

“Por ejemplo, si tenemos una cerveza oscura, alcohólica y maltosa que además ha reposado por un año en una barrica que antes almacenó vino malbec, si la tomás a 1°C, te perdés toda esa madera. Estas cervezas, dependiendo cuál, es mejor disfrutarlas a más de 7 °C”, especifica la Education Manager de ABInBev.  

Sí, el frío puede ser bueno para aplacar la sed, porque acentúa la carbonatación y el amargor, dos buenas para refrescarse. Pero no hay que pasarse. Como vimos, la cerveza helada puede ocultar aromas y sabores diferenciales. Tampoco irse al otro extremo y servirla a temperatura ambiente: la sensación de los lúpulos y el gas comienzan a desaparecer.

¿Cómo afilamos el termómetro? Te tiramos una que vale oro:
“A la hora de degustar cervezas de deleite, sumale dos grados de temperatura a la graduación alcohólica. Así, si tiene 7, la tomás a 9. Si tiene 10, a 12”, sintetiza Sol.

Con esta regla orientativa, la clavás al ángulo.

Nos despedimos con el detalle que vale millones:  servila un poco más fría de lo recomendable, porque rápidamente tomará temperatura al entrar en contacto con el vaso y con tus manos.

Una rica cerveza a una temperatura incorrecta es un mal viaje. Sobre todo si se trata de una birra compleja, con multiplicidad de ingredientes y un perfil sensorial diseñado que se perfeccionó a lo largo de varias semanas. Una temperatura demasiado baja ralentiza la volatilización de los compuestos aromáticos, que quedan atrapados en la bebida. Al no ser liberados, pasan desapercibidos y así se altera toda la experiencia. Se escapa aquello que el maestro cervecero pensó para el disfrute de esa botella.

Tomar una cerveza excesivamente fría puede hacer que la percibamos de una manera inadecuada. Así que ya saben, "defensores de la Antártida en la pinta", abstenerse. La temperatura puede marcar una gran diferencia. Solo se trata de respetar la funcionalidad de cada bebida. Y como siempre, honrar los rituales.

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FUENTE: BLOG CRAFT SOCIETY / Por Caro Cerimedo

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