Lo que comenzó como una distribuidora de vinos hoy es un punto de encuentro para quienes gustan de esta bebida en el barrio de Palermo, Bs. As. Nota exclusiva con Lorena Villagra.
Nuestro ciclo "Visitando Lugares, Conociendo Sabores" nos llevó hasta Capital Federal, más precisamente al barrio de Palermo.
Es que allí, y por sugerencia de la sommelier y comunicadora Guadalupe Pazos, llegamos hasta Wine Brick Bar, el proyecto que lleva adelante Lorena Villagra.
Con más de 20 años de trayectoria en la gastronomía porteña, Lorena fue gerenta de diferentes bares y restaurantes, y en el último formó parte del staff de Fortificados Balestrini, del reconocidísimo bartender Tato Giovannoni.
Con una diplomatura en negocios del vino y sommelier, Lorena siempre estuvo ligada al sector vitivinícola, a tal punto que supo tener su propia distribuidora.
"Antes de la pandemia había arrancado con una distribuidora de vinos, a organizar y participar en feria de vinos con diferentes bodegas. Mi fuerte fue en pandemia fue vender vinos, pero mi casa estaba quedando chica, así que se dio la oportunidad y decidí seguir emprendiendo hasta llegar a lo que hoy es Wine Brick Bar" cuenta Villagra para Lugaresysabores.com.
"Lo tengo como un bar de amigos dónde es lindo recibir gente querida y personas que se dedique a esto también" agrega.
Ubicado en Sánchez de Bustamante 1195, Wine Brick Bar te recibe en su veredita, con toneles como mesas y banquetas. Al ingresar, en la barra, uno puede ver una selección de vinos con etiquetas "poco conocidas", y lo pongo entre comillas porque no son los típicos vinos que uno puede encontrar en la góndola del super mercado.
"Hoy la gente está apostando a estos conceptos, a bodegas boutique, vinos de pequeños productores. Es algo que yo ya lo venía trabajando con la distribuidora, después me afiancé un poco más y de a poquito fui incrementando y metiendo más bodegas" expresa Lorena.
La propuesta es descontracturada, personalmente lo encuentro como un lugar en dónde podés pasar a tomar una copa de vino después del trabajo, con alguna tapa o una selección de quesos. De hecho, su propuesta gastronómica se basa en platos muy simples.
"Nosotros abrimos de día como vinoteca y de noche como wine bar, con la vereda habilitada. Cuando pensé en el concepto del lugar pensé en lo que me gustaría a mi y en lo que me gusta cuando salgo. Luego buscamos una ubicación que sea accesible para todos" destaca nuestra entrevistada.
¡Pero no todo es vino! Wine Brick Bar también ofrece gin tonics.
Su excelente relación con Tato Giovannoni le permitió a Lorena contar con toda la línea de gin Príncipe de los Apóstoles, los vermut de Tato y los Enlatados Atlántico "son los enlatadas que venden en Florería, cada lata rinde dos tragos". Además trabaja con etiquetas de gin seleccionadas como Runa y Terrier.
¿Qué se puede comer en Wine Brick Bar?
Como lo que se busca es descontracturar el mundo del vino, Lorena pensó en una carta sencilla y al paso.
Ensaladas, tabla con selección de quesos, picadita tradicional para dos, sandwiches gourmet y algunas opciones veggies forman parte del menú.
"El vino te pide comida!" cuenta Lorena, y su propuesta, de pocos meses de apertura le van definiendo un tipo de público:
"Me impactó como creció el consumo de vinos entre las personas más jóvenes durante la pandemia. Hoy por hoy tengo muchos millenials de clientes, por eso decidimos hacer algo simple, al paso, no tan complejo y que pueda acompañar bien el vino o el gin tonic que uno elige".
Wine Brick Bar formó parte de lo que fue "El Vino Celebra" y quienes pasaron por allí quedaron encantados con la atención y con las etiquetas que ofrece el lugar.
Para lo que resta del año, la agenda del wine bar ya cuenta con degustaciones, catas y presentaciones de productos.
Además tendrá la distribución oficial de Respiro Wines "Mi fuerte ese ese, trabajar con vinos que no los vas a encontrar en cualquier lado. Está bueno poder comunicarle y ofrecerle otra cosa al cliente, que salga del vino comercial. A veces te miran como dudosos, pero una vez que prueban nuestros vinos, vuelven a comprarlos".
En lo personal, y como el vino, más allá de sus aromas y sus sabores, también se trata de momentos, se que cuando vuelva a visitar Buenos Aires me daré una vuelta por Wine Brick Bar, porque sólo o acompañado, se la pasa muy bien.
OTRAS NOVEDADES